lunes, 28 de febrero de 2011

Mentiras sobre el narcotráfico





Autor: Eugenio Burzaco
Jefe de la Policía Metropolitana
Fuente:  www.clarin.com

En materia de inseguridad, como en muchos otros temas acuciantes del país, existe una tendencia a caer en simplificaciones de la realidad que enmascaran y postergan la urgencia de un debate profundo acerca de la inacción del Estado en la instrumentación de una política de seguridad integral 

Uno de los “clichés” más comunes es calificar a la inseguridad de “sensación” potenciada por los medios. Otro dicho indica que la inseguridad es consecuencia de los ciclos económicos y se va a resolver cuando haya menos pobres. Pero quizás el más trillado es la falsa contradicción del debate entre mano dura y garantismo, que pretende ubicar a todas las políticas en los dos extremos, antinomia absurda que no genera ninguna solución real.

Respecto al tema narcotráfico y consumo de drogas ilegales, el cliché es que “la Argentina es sólo un país de tránsito”.

Esto es una falacia porque, si bien es cierto que muchas organizaciones narcos utilizan a la Argentina como trampolín para enviar la droga a Europa, el mercado local aumenta de la mano del creciente número de laboratorios incautados , encargados de la elaboración-refinamiento de la cocaína en el país.

Cada año se decomisan mayores niveles de pasta base, materia prima de la cocaína. Y así se verifica la escalada del consumo de paco , que se elabora con pasta base o con lo que queda en el fondo de la olla “cortado” con toda clase de basura tóxica.

La Argentina es ya un país de producción.

Aquí se elaboran los precursores químicos necesarios para la síntesis de muchas de las drogas ilegales y tenemos instalados laboratorios. Al igual que muchas compañías que dividen la producción en distintos países, las últimas etapas de este letal negocio trasnacional hoy también ocurren entre nosotros.

Si a esto le agregamos el avance del consumo de drogas sintéticas en el mundo, que se elaboran íntegramente con las sustancias químicas que nuestro país produce en cantidad, la amenaza de que este negocio se extienda y afiance localmente es una realidad . 

El descubrimiento de un laboratorio en Maschwitz administrado por narcos mexicanos del Cartel de Juárez que producía “cristal”, una droga que se consume en centros nocturnos europeos, o la reciente oscura trama de la efedrina son indicadores.
Otra falacia que esconde el concepto de la Argentina como país de tránsito es que si así fuera, la penetración de las redes del negocio sería baja. Falso.

Como lo demuestra la presencia de líderes de carteles regionales, como Héctor Duque “Monoteto” Ceballos, segundo del Cartel de la Cordillera y asesinado por sicarios a plena luz del día en Unicenter.

La permeabilidad de nuestras fronteras aéreas con más del 90% sin radarizar, las pistas clandestinas que se multiplican en el norte, los pasos fronterizos legales e ilegales debilitados por el drenaje de gendarmes a las grandes ciudades, las advertencias internacionales por la inacción en materia de lavado de dinero son muestras del marco de inacción del Estado nacional que acaba de estallar grotescamente.

La captura de un avión con casi mil kilos de cocaína en España, procedente de nuestros aeropuertos, tampoco es un hecho aislado.

Como no lo fue el caso Southern Winds que también partió con mucha cocaína de Ezeiza al mismo país.

Por último, la tercera falacia es pensar que, por el hecho de que la mayoría de la droga simplemente pasa por nuestro territorio, afecta poco a los argentinos. Mentira.

El tránsito hacia otro país suele pagarse con las mismas drogas que van quedando en el mercado local para ser consumidas por argentinos que las consiguen con facilidad .

Los datos de crecimiento del consumo de drogas en Argentina son alarmantes y esto habla a las claras de que el negocio ha encontrado terreno fértil: falta de control, facilidad de circulación y escasa acción concreta contra el consumo.

El informe de Naciones Unidas del 2010 (UNODC) sobre tendencias de consumo establece que Argentina es el principal consumidor de cocaína per capita en toda América .
También somos el mayor consumidor de marihuana per capita con el 7,2% de la población adulta consumidora, de los cuales el 27,5% son dependientes. También marca que entre jóvenes en edad escolar el consumo de la pasta base o paco creció en diez años de la casi inexistencia a poco más del 1% y el éxtasis, del 0,2% al 2,2% con más de 1.000% de incremento.
Detrás de los números hay familias de carne y hueso que padecen las consecuencias, ya sea con tragedias personales o afectados por conductas delictivas de terceros.
Los traficantes buscan clientes cada vez más jóvenes porque necesitan ese creciente ejército de adictos dependientes para usarlos como pequeños “dealers o sicarios”.

No se puede ser ingenuo ni demagógico . Las drogas ilegales, tanto en su faz de crimen organizado como en su consumo, sólo dejan un legado de muerte y destrucción.
 Mirar para otro lado, descalificar el problema o devaluar su envergadura sólo nos va a hacer profundizar la dimensión de la crisis y aumentar los costos sociales, económicos e institucionales para resolverlo

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domingo, 27 de febrero de 2011

Sistema de Comando de Incidentes



Autor: Javier Navarrete Ruiz
Extractado de: www.belt.es

El éxito en las operaciones de control de las grandes emergencias estará basado en la completa coordinación de la gran cantidad de recursos que deben movilizarse, integrándolos en una estructura única que trabaje con una planificación única, venciendo la dificultad de su pertenencia a muchos organismos diferentes y, también, muy heterogénea en cuanto a capacidades, con procedimientos de trabajo y costumbres propias. 

Estas situaciones requieren el empleo de un método de dirección claro, como es el Incident Command System que se presenta en este artículo.


El modelo del I.C.S. comenzó a aplicarse en la década de los años 70 en California como un modelo de dirección de la extinción de incendios forestales.

 Las autoridades responsables de la dirección de aquellas emergencias identificaron una serie problemas recurrentes, que afectaban a la intervención coordinada de los múltiples recursos que participaban en el control de los incendios forestales: carencia de un método de integración en una organización única y adaptable a las necesidades concretas de la emergencia, carencia de planes de acción previstos, comunicaciones independientes para cada organismo que  intervenía, terminología no unificada entre todos ellos, etc.

 De hecho I.C.S. define como incidente cualquier hecho causado por personas o fenómenos naturales, que exige acciones de respuesta para prevenir o minimizar la pérdida de vidas o los daños a propiedades y/o al medio ambiente.

I.C.S. se fundamenta en dos bases clave, que pueden englobarse en la palabra esencial del sistema... Coordinación:

  • Una estructura organizativa común, en la que se integran todos los organismos y departamentos con recursos relacionados con la situación de emergencia.

  • Normalización de la aplicación de una serie de principios esenciales de dirección, como la dirección por objetivos, el mando unificado, la flexibilidad de la organización, la planificación, etc., que se desarrollan más adelante.
Los resultados que se consiguen con el sistema I.C.S. son:
  • Seguridad de los que intervienen en la respuesta a la emergencia y de todos los demás afectados.
  • Eficacia: logro de los objetivos tácticos.
  • Uso eficiente de los recursos: su organización mejora la coordinación y evita la duplicidad de tareas, contribuyendo a la eficiencia.
  • Respaldo logístico y administrativo a los recursos de intervención.

Principios esenciales del I.C.S.


I.C.S. considera que la dirección de una situación de emergencia requiere el desarrollo de 5 funciones de dirección principales: Dirección propiamente dicha (Comando), Operaciones, Planificación, Logística y Económica-Administrativa. El ejercicio de estas funciones orienta la estructura organizativa del sistema:
       
La función de Dirección desempeña el mando superior de toda la organización planteada para intervenir frente a la emergencia. Establece los objetivos de la intervención.

 Esta función debe existir en cualquier organización de I.C.S., por sencilla que sea la emergencia, recayendo su desempeño en la figura del Comandante del Incidente (Incident Commander).

La función de Operaciones desempeña en I.C.S. la responsabilidad de dirigir las acciones tácticas para el cumplimiento de los objetivos establecidos por el Comandante.

La función de Planificación tiene la responsabilidad de recoger, evaluar y distribuir la información dentro de la organización de I.C.S. para afrontar una emergencia, incluyendo la información permanente sobre el estado de los recursos y la elaboración del Plan de Acción.

La función de Logística es de ayuda al resto de la organización, suministrando los servicios y el apoyo que se precisen para atender todas las necesidades de la emergencia.

La función Económica-Administrativa engloba tareas de gestión de gastos relacionados con la intervención frente a la emergencia, análisis de costos, informes sobre personal y recursos empleados, así como la administración de contratos de suministros relacionados con el incidente.

Dirección por objetivos

El sistema I.C.S. establece que los objetivos de la intervención deben ser compartidos por toda la organización, para lo cual deben respetar los criterios, directrices y capacidades de cada organismo, deben ser establecidos mediante un sistema participado por todos, que permita su conocimiento desde el mismo proceso de planificación de las acciones y deben definirse en base a prioridades, obviamente con el salvamento de vidas en primer lugar, seguido de la estabilización o control de la situación y la preservación de propiedades.

Unidad de la cadena de mando

Cada individuo (o cada recurso simple) que interviene en una organización de I.C.S. tiene designado un supervisor. De este modo existe una dependencia jerárquica entre los diferentes niveles de la organización, que da como resultado un esquema coordinado.

Establecimiento y transferencia del mando

Tanto la función de Comandante del Incidente como el resto de funciones intermedias de mando en la organización son ocupadas en los primeros instantes por los primeros mandos naturales que llegan al escenario de la emergencia. En las situaciones de mayor envergadura, que precisan la intervención de más recursos, se deberá ir produciendo una transferencia del mando a oficiales superiores mediante un proceso regulado formalmente por el sistema I.C.S. para garantizar la continuidad del mando efectivo en todo momento.

Organización modular y flexible

La organización de los recursos que plantea el sistema I.C.S. debe estar adaptada al tamaño y complejidad de la emergencia, reflejando sólo los requisitos necesarios para conseguir los objetivos tácticos planeados. El plan de acción elaborado establecerá que tamaño organizativo se precisa en cada momento.

El carácter flexible de la organización del sistema I.C.S. también implica la desactivación de los elementos que con el transcurso del incidente dejan de ser necesarios.

Mando unificado

A pesar de que el sistema I.C.S. define el Comandante del Incidente como el puesto superior de dirección, el principio del mando unificado permite que todos los organismos y departamentos vinculados con la emergencia tomen parte en una dirección conjunta del incidente, estableciendo una serie común de objetivos y estrategias para afrontarlo. 

Al establecer una estructura de comando única impulsa la toma de decisiones participada por los responsables de todos esos organismos y departamentos.
Las consecuencias del mando unificado en el sistema I.C.S. son:
  • Una sola organización para afrontar la emergencia.
  • Un puesto de mando único.
  • Dirección de la emergencia bajo un plan de acción único y coordinado.
  • Sistema único de movilización de recursos adicionales.

Mantenimiento de la capacidad de control

Es otro principio clave de I.C.S. para construir la organización que debe afrontar la emergencia; se define como el número de individuos o recursos dependientes que un supervisor puede dirigir de un modo eficaz. Aunque pueden haber variables que influyan, como el tipo de incidente, la naturaleza de las tareas a realizar, los riesgos, etc., se considera en I.C.S. que la capacidad de control de cualquier supervisor oscila entre 3 y 7 individuos o recursos directamente dependientes.

 Cuando se excedan estos límites, por encima o por abajo, debería replantearse la estructura organizativa.

Terminología común

La participación de una gran diversidad de organismos en las situaciones de grandes emergencias obliga al esfuerzo por el empleo de una terminología común, compartida por todos, referida tanto a elementos organizativos, como a puestos, recursos e instalaciones. Algunos ejemplos de términos empleados por I.C.S. son Comandante del Incidente, Oficial de Enlace, Puesto de Mando, Centro de Recepción de Medios, Campamento, Rama de Operaciones Aéreas, Sección de Planificación, etc.

Si los recursos de cada organismo emplean denominaciones o jergas propias de cada uno, la confusión será inevitable.

Control del personal

La integración de todos los recursos en una organización única requiere un control permanente sobre la situación concreta de cada uno, necesidad que se refuerza si tenemos en cuenta que dichos recursos van a estar casi siempre actuando en entornos de riesgo. El sistema I.C.S. contempla diferentes procedimientos para asegurar este control:
  • Presentación a la llegada, obligatoria para todo el personal en un puesto de control donde se registra su incorporación a la emergencia y se le asigna destino dentro de la organización y misiones.
  • Unidad del mando.- cada individuo sólo tendrá un supervisor directo.
  • Desempeño de una función de control continuo del estado de disponibilidad de todos los recursos asignados a la emergencia, asignando personal específico para esta función de planificación.
  • Identificación y registro de las misiones concretas de cada elemento de la organización.
Integración de las comunicaciones

Las posibilidades de comunicación efectivas son otro elemento clave del sistema I.C.S., por lo que, dentro del Plan de Acción imprescindible para afrontar cualquier incidente, el Plan de Comunicaciones debe tener un papel relevante.

Para garantizar la actuación coordinada será esencial la interoperabilidad de los equipos de comunicaciones de cada organismo o departamento.
Además, puesto que en el control de las grandes emergencias participan múltiples organismos y departamentos, el sistema I.C.S. contempla que las comunicaciones se realicen empleando un lenguaje sencillo y claro, evitando el empleo de códigos de radio o acrónimos que puedan aportar confusión y dificultar en entendimiento. 

 No es lo mismo transmitir “aquí 28111, tenemos un 4-26, código 3” que decir “aquí unidad 28111 del Parque de Bomberos, el río se está desbordando a la altura del kilómetro 2,4 de la carretera a la playa; debe iniciarse la evacuación del camping”.

Gestión de los recursos

La gestión de los recursos es otro elemento fundamental del sistema I.C.S., debido a la gran cantidad y diversidad que van a integrarse en una misma organización para hacer frente a la emergencia.
Con la finalidad de facilitar la construcción de la estructura organizativa respetando los principios ya vistos de unidad de la cadena de mando y mantenimiento de la capacidad de control, el sistema I.C.S. establece una clasificación de los recursos considerando su estado de agrupación:
  • Recursos simples, que son las unidades de menor tamaño con una capacidad específica. Podrían ser desde un solo individuo o poco más (un especialista en meteorología, una pareja de Guardia Civil de Tráfico) hasta equipos algo más complejos de personal con su equipamiento específico (una ambulancia medicalizada con médico, enfermero y conductor, o una unidad de especialistas de NBQ del cuerpo de bomberos, con un furgón de equipamiento y 5 hombres).
  • Task forces, definidos como la combinación de recursos simples de naturaleza distinta, agrupados para atender una necesidad táctica concreta, con comunicaciones comunes y con un jefe designado.
  • Equipos de ataque, formados por la combinación de un número designado de recursos de la misma clase y tipo, con comunicaciones comunes y con un jefe designado.
    Las agrupaciones de recursos simples en task forces o equipos de ataque ayudan al uso más efectivo de los recursos, mejoran las capacidades de control y reducen el tráfico de las comunicaciones.
Plan de acción del incidente

Cada situación de emergencia precisa de un Plan de Acción, que permita al personal con responsabilidades de dirección disponer de las directivas apropiadas para las acciones futuras. Estos planes deberán ser flexibles y estar sometidos a un proceso continuo de reevaluación.

Los planes de acción deben prepararse para cubrir un periodo de tiempo determinado, denominado por I.C.S. como Periodo Operativo, de duración variable según la naturaleza de la emergencia.

Deberán definirse siempre por adelantado al inicio de su periodo operativo, de manera que los recursos que considere emplear puedan estar ya disponibles y organizados cuando comience el periodo operativo planificado.

La aplicación de estos doce principios esenciales permite construir el esquema organizativo para dirigir la intervención frente a situaciones de emergencia. 

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