jueves, 9 de marzo de 2017

El Consultor de Seguridad



 Daniel Pablo Amarillo

 
Inicie mi vida laboral y profesional, dentro de una fuerza de seguridad y, bajo dicha Institución, me eduqué en el concepto de “Seguridad”, una de las funciones que tiene asignada para el cumplimiento de su desempeño en la preservación de la seguridad pública, la protección de las personas y el patrimonio de estos.

Así me ejercité y me capacité en las distintas metodologías y análisis investigativos que me permitieron comprender el desarrollo de un acto ilícito, la forma en que se gestó y se produjo, aprendiendo de ese modo como se debía prevenir pero también me permitía, principalmente, saber cual había sido el error o la falla para que éste se cometiera.

El hecho de haber recorrido un camino diario, paso a paso plagado de retos continuos, en donde el bien preciado no es otro que la vida de las personas como sus bienes, hacen que uno vaya adquiriendo conocimientos y vivencias que son únicas ya que la experiencia es intransmisible y se logra por “conocer” ese rumbo.

 
Ya retirado de dicha ocupación y con un bagaje de experiencia acumulada a través de esos años, distintos amigos me sugirieron que canalizara todo ese conocimiento, técnicas y experiencias, bajo la figura de “Consultor de Seguridad”

Eso me provocó una interesante pregunta, ¿Qué es un consultor? y ¿Qué es un Consultor de Seguridad? Ello me indujo buscar el concepto, como su significado como palabra, para comprender acabadamente el término.
 

Qué es un consultor en Seguridad


El Consultor, Asesor, Auditor, Analista es una persona que vende “confianza, seriedad y profesionalismo”, así determiné que es un individuo que aconseja o da su opinión sobre un tema general o especifico dentro de su especialidad, por lo tanto no es otra cosa que un sujeto que sugiere o aconseja prestando un servicio profesional.

En palabras más simples aún, el Consultor de Seguridad es como el médico clínico que conoce su materia en general pero cuando se le presenta un tema que va de lo general a lo particular, debe recurrir a los especialistas

El Consultor de seguridad, es un término simple, pero abarca un sentido más amplio y polifacético dado que atiende una diversidad de temas ya que éste debe conocer desde ya su materia sino que, además, tendrá conocimientos de las demás ramas de la seguridad (Electrónica, Industrial, Bancaria, Informática, Aeroportuaria, etc.)

Cabe no obstante una explicación, el consultor pudo obtener su experiencia en forma académica mediante el estudio en una Universidad o por haber desarrollado la profesión para la cual es citado.

Me pareció una interesante definición, ya que el consultor es una persona con experiencia, con acreditaciones y capacidades probadas, necesarias para cumplir con una tarea que una persona o empresa pueda necesitar sobre un tema específico.

Es la persona que tiene la capacidad de “Resolver Problemas” porque tiene la Pericia y los Conocimientos técnicos basados en la experiencia de la práctica cotidiana de la actividad.

Así quedó demostrada que el consultor es una actividad profesional no una oportunidad empresarial, más cuando el tema es de “seguridad” ya que debe apreciar y aconsejar en algo tan importante como es la protección de la vida, las personas y sus bienes.

El Consultor de Seguridad es aquel que ha tenido la “vivencia de la calle”, en la observación cotidiana de hechos dañinos y no aquel que tiene buenas intenciones y adopta una postura de “entendido” comprometiendo a un tercero en un posible riesgo

En materia de seguridad, un punto álgido de nuestra sociedad actual, se debe ser “responsable” en el área de conocimiento, como lo es el staff con que él cuenta, ya que es su “crédito profesional”, no cabe otra.

Así me enseño un reconocido y estimado “Consultor de Seguridad”, a quién recurro siempre en consulta, “En Seguridad, la certidumbre radica en la calidad de lo que se utiliza, un” buen profesional” y “sistemas óptimamente instalados”, es el hecho consabido que los sistemas son tan buenos como sus componentes y que estos permitan ser compatibles e intercambiables. Es allí donde radica la creatividad y el profesionalismo”

El avance de la tecnología, ha venido y permitido ampliar el campo de acción del consultor, porque es verdad, el consultor no es un experto en todo y, por lo tanto, debe interactuar en forma conjunta con todas las ramas que la componen.

Ello permite, según la rama que sea, que ambos en forma experta, evalúen, diagnostiquen y diseñen un sistema de seguridad que combina ambas seguridades, la física y la electrónica y que permita con ello reducir el porcentual de riesgo o sus consecuencias
 



Porqué se recurre a un Consultor de Seguridad:


1. Aportar nuevas ideas: 

Ello ocurre por que la empresa o la persona se encuentran inmerso en los conflictos o ramificaciones y no hallan el camino a seguir, pero el hallarse del “lado de afuera” permite reconocer cual es el “asunto principal”, pudiendo con ello aconsejar, recomendar, sugerir la forma de resolverlo.

2. Elevar la Eficiencia: 


El ser efectivo en la resolución del problema hace a la importancia del consultor y a su crédito. Toda empresa busca la eficiencia caso contrario perdería su competitividad. Es importante no aconsejar sin estar completamente interiorizado y analizado el problema, las recomendaciones de primer momento no resultan efectivas.

3. Diagnosticar el Problema: 


Este es el punto principal de la actividad del Consultor y donde radica toda su habilidad y su capacidad. El definir el problema no es otra cosa que de determinar los factores que lo provocaron. Hay que tener cuidado en definir problema y no de confundirlo con los síntomas. Ese es el porqué las empresas requieren la presencia de un Consultor, no es otra cosa que una persona que sabe diagnosticar el problema y una vez logrado ello, que sepa diseñar la solución del mismo.

4. Hallar la Solución: 


Una vez hallado las causas del problema; el otro punto fundamental de la actividad del Consultor, es saber “dar la solución”. Ahí radica la capacidad y la creatividad en diseñar esa solución, ya que eso es lo que se espera de él. Debe estudiar, examinar y analizar las opciones y alternativas que se le presentan y como resultado de ello, le permitirá presentar un curso de acción que le permita arribar a una conclusión.

5. Presentar conclusiones: 


No es otra cosa que la presentación formal de “su” solución. Ésta debe mantener una estructura clara y lógica, con un estilo profesional pero no cargado de profesionalismo, donde desarrollará el problema que llevo a ser consultado. Debe contener el resultado del análisis de la situación y la “individualización” del problema y como arribó a dicha solución basada en hechos concretos conteniendo planes de contingencias, políticas y la metodología para lograr los objetivos esperados.


Este tema merece ser tratado con mayor amplitud, por ejemplo considerando qué temas debe conocer un Consultor, como ser legislación, investigación operativa, prevención predelictual y del delito, evaluaciones de riesgo y otras.


----

Seguridad Personal



Tomado de: www.latinoseguridad.com


Los esquemas de protección personal nunca son iguales. Antes de definir los sistemas de seguridad aplicables a una persona debe diseñársele un perfil de riesgo donde se determinarán los puntos principales:

- ¿A quién se quiere proteger?

- ¿Cuál es la gravedad de la amenaza?

- ¿Ubicación y entorno de la persona a proteger?


Precisamente el diseño comprende la combinación de los componentes del sistema, en una proporción adecuada aplicable en el punto y momento adecuado, dentro de un sinnúmero de variables. Por ejemplo, del tipo de actividad o de negocio que desempeñe, de las labores que efectúe, de la ciudad donde habita, del entorno familiar, de la actividad social, política, religiosa y étnica que cumpla, y si se trata de una persona con imagen pública o privada.

En todos estos factores indispensables a la hora de elaborar un perfil y, por consiguiente del esquema de protección, nunca se debe olvidar el ámbito de amenaza en la que se desenvuelva la persona.

El análisis de riesgos y vulnerabilidades, es un proceso continuo de connotaciones culturales, económicas y humanas, que guardan relación con la aceptabilidad pública del riesgo y el control de las incertidumbres que los grupos sociales acostumbran mediante normas de comportamiento.

Al diseñar un esquema de protección con una objetividad casi perfecta, sin sesgos de vicios y sin considerar el control absoluto de esos riesgos, se necesita tener en cuenta que una persona además de necesidades, ideas y apegos, realiza negocios, tiene una familia, se mueve en actividades sociales de acuerdo con sus afectos, aficiones y sentimientos.

Del mismo modo que tiene una imagen, una intimidad y un prestigio que deben ser protegidos de situaciones peligrosas y comprometedoras.

Por tanto, la protección debe dirigirse a ese universo con el fin de percibir la amenaza, tomar las precauciones y diseñar los esquemas de protección o las acciones de reacción necesarias para atenuar los efectos en caso de sufrir un ataque.

Percibir la amenaza personal significa crear patrones de interpretación a partir de información sensorial. Y la alerta que llegue debe tener la suficiente energía como para hacer notar su efecto o señal de peligro.

¿Qué tan fuerte debe ser la señal para ser captada? Cada circunstancia personal demanda un rango de intensidades donde se detecte la señal indicadora del cambio de sensación por percepción. El umbral absoluto o intensidad mínima para identificar el peligro en trance de convertirse en riesgo, exige una formación y un proceso mental y perceptual que ayuden a interpretar las sensaciones de temor y olfatear la posibilidad de daño.

Es muy fácil identificar las amenazas contra un bien material, que normalmente es fijo y con características de vulnerabilidad tangibles, con riesgos cuantificables, con formas de transmitir la señal de peligro mediante elementos físicos, pero a su vez ese objeto no tiene las facultades de percepción del peligro características de una persona.
El ingenio antes que el costo
En el mercado existen sensores, detectores e instrumentos que ayudan a interpretar las señales físicas a través de los sonidos, los movimientos, las fracturas, los cambios volumétricos o de temperaturas y la luminosidad, pero no existen instrumentos de este mismo orden que ayuden a interpretar las imaginaciones, las sensaciones o las percepciones cuando de personas se trata.

Por lo tanto, un análisis de riesgos diseñado para instalaciones físicas es completamente inadecuado para las personas.

La seguridad de las personas no implica necesariamente un alto costo sino la formación del personal hombre mujer de protección y la aplicación de ingenio para proteger a ese ser humano.

Los delincuentes son sutiles y constantes en la búsqueda de información de sus potenciales víctimas sobre: la manera de acceder a ellas, las medidas de protección que tienen, los niveles de alerta, sus rutinas y actividades y las oportunidades para sorprenderle.

Por naturaleza, una persona además de ser excesivamente vulnerable, asume riesgos, se moviliza -sin saberlo- por entre fanáticos de movimientos colectivos o grupos generadores de violencia; su conducta puede ser rutinaria o impredecible; puede tener hábitos seguros e inseguros; puede tener enemigos actuales y nuevos o puede dejar de ser blanco para los delincuentes.

Los hampones disponen de informantes, practican entrevistas, analizan documentos, ejercitan reconocimientos de áreas, tal y como lo hacen los terroristas que proyectan sus estrategias sobre gran parte de la sociedad, propagando la confusión, el caos y el terror.

En el planeamiento de las actividades, tanto extremistas como terroristas buscan la reafirmación de su poder, la desestabilización institucional, trabajan en la clandestinidad, cultivan la impredecibilidad con el fin de sorprender y dividir a las posibles víctimas.

Una persona puede desenvolverse en diferentes entornos y cada uno de ellos atraer amenazas diferentes. ¿Cómo podría la protección advertir oportunamente el peligro o determinar la probabilidad de un “riesgo país” o la posibilidad de la amenaza psicosocial de la agresividad? ¿Cómo podría advertir sobre una operación de acecho sin constreñirle la privacidad de un histérico? ¿Se limitaría a proteger física o instrumentalmente, o a prevenir limitando el proyecto de vida de su protegido mutilándole su libertad de movilización, de relación o de afectos?


Componentes de la seguridad

Las personas no quieren solo la seguridad de sus rutinas. El esquema de protección personal exige algo más que la defensa de los sitios, la seguridad en profundidad, la protección de los movimientos o el conductor de seguridad.

Es indispensable también la participación del protegido, de sus allegados, disponer de un ambiente apropiado con medidas de protección física. Necesita, además del software, del control de los círculos de protección, de las bases de datos, de los usos de rutas u horarios o de los escoltas inmediatos, cercanos o de cubrimiento general, de la cultura de seguridad.

También tener en cuenta el confort, la paz, y la tranquilidad que solo las puede proporcionar un alto grado de sensibilidad, un afinado hábito perceptivo, la práctica del ensueño o la relación con los seres inorgánicos.

Dejar de depender de la manipulación de instrumentos físicos para recibir señales de peligro, requiere usos, costumbres, una cultura intuitiva y de orden muy especiales. Demanda un espíritu que en medio de la violencia, de la flexibilidad y de la comodidad, facilite recibir los indicios de amenaza; una especie de “Feng Shui” en el ordenamiento de las posesiones y la organización de escenarios mentales.

Además, disponer de personal de seguridad con una formación especial, inducido y entrenado, que facilite disfrutar la vida con cierto recato, aún en circunstancias extremas. Este tipo de protegidos no se puede dar el lujo de tener pensamientos negativos.

Usualmente no es recomendable un dispositivo de seguridad demasiado evidente pues éste puede atraer el peligro. En la seguridad de personas, habrá ocasiones en donde sea necesario cambiar de hábitos, de lugar, modificar el entorno familiar y hasta la identidad. Un buen programa para advertir e informar de riesgos requiere de monitoreo, comunicaciones, sistema de alerta y advertencia, estudio de rutas, puntos críticos, santuarios y nichos.
La protección debe acomodarse a los ritmos de vida, actividades y costumbres durante las 24 horas del día y los 365 días del año. La forma de protección tiene que ajustarse a las diferentes circunstancias:


- Desplazamiento en vehículos o a pie.

- Permanencia en:

Reuniones sociales.

El hogar, la oficina, el colegio de los hijos.

Época de vacaciones, permanencia en clínica u hospitales.


Durante el cumplimiento de los esquemas de protección pueden presentarse muchos problemas. Por ejemplo los naturales cambios de ánimo o en determinadas actividades, hacen que en ocasiones el protegido no acepte de buen agrado la compañía y vigilancia del personal de protección. Valora más su intimidad que su seguridad, o confunde la previsión con la paranoia.

Esto dificulta el diseño del sistema de protección que debe ser adecuado a las circunstancias particulares de cada individuo y sus conductas, al igual que su cultura de seguridad y su capacidad de autoprotección. La protección personal no puede basarse en las estadísticas, ni en los paradigmas.

No toda la protección requiere escolta. No toda protección debe aislar al protegido como es el caso de los artistas o de los políticos. Hay enemigos invisibles y silenciosos que merodean a nuestro alrededor de manera secreta, difíciles de detectar.

La relación entre el protegido y el escolta es una relación personal que puede ser conflictiva, agradable o desagradable ya que comparten tiempo y un objetivo en común, que es la protección. Debe existir empatía para armonizar los roles protegido-protector sin que ello signifique una relación de servidumbre o de apariencia social, sino una sinergia que mejore la alerta.


Primero la previsión antes que prevención

En el fomento de la cultura de seguridad la previsión juega un papel importante: en función de los indicios percibidos y la experiencia, anticipar y adoptar medidas ante la posible ocurrencia de un hecho indeseable. ¿Se ha concientizado a todo el personal directivo, de base y contratistas?, ¿Se han desarrollado planes de interrelación con las autoridades y vecinos?, Se han organizado sistemas de búsqueda de información actualizados de los modus-operandi delincuenciales? Se han analizado las experiencias indeseables o establecido procedimientos preventivos, de protección y de preservación?

El servicio de contra-vigilancia discretamente detecta a los acechadores que buscan definir víctimas, identificar vulnerabilidades, penetrar esquemas de protección, probar la capacidad de reacción o confirmar rutinas de horario, vehículo, acompañamiento o de ruta.

Todo incidente, cuasi-incidente, acto sospechoso o inquietud, deberá investigarse y analizarse con un juicio lógico y valorativo. Es aconsejable indagar constantemente sobre conductas y vínculos de aspirantes a trabajo, empleados, amistades y el vecindario.

Especial motivo de análisis deben ser los “atractores” o elementos que llaman la atención, que puedan convocar el ansia de los antisociales o la aproximación de situaciones incidentales:
“El enemigo que tiene problemas internos
está maduro para ser conquistado”.
Sun Zi
Así como las imágenes tienden a despertar ciertos sentimientos, inversamente un sentimiento tiende a suscitar en nosotros imágenes armónicas con ese sentimiento. Actuar con integridad, despierta confianza, así como las opiniones engreídas confunden en vez de tranquilizar.

Recordemos que el temor, no es más que un “estúpido estado de ignorancia acerca de algo , y una ciega aceptación de esa ignorancia, reemplaza la razón”.

La ostentación, la agresividad, el temor, el odio, el amor, la seducción, son unos de los “atractores” más comunes que pueden determinar la elección de imágenes. Los “distractores” como, la falsa o aparente seguridad, los procesos de control innecesarios, o incidentes casi inadvertidos, requieren de cuidado y de control.

Un buen esquema de protección debe tener en cuenta todos los aspectos anteriores y considerar el grado de entrenamiento y formación para percibir la amenaza inimaginable, olfatear el peligro y la capacidad para alejarse lo más rápido del punto y momento donde no debe estar ubicado como víctima: también hay atentados invisibles o al menos silenciosos antes de tronar

miércoles, 1 de marzo de 2017

Misiones de un Supervisor


Obligaciones y responsabilidades de un Supervisor de Seguridad



Autor: Vinícius D. Cavalcante, CPP, sintetizado por Abel Castañeda


 
En empresas especializadas en vigilancia o en compañías que utilizan sus propios guardias de seguridad, la actividad de supervisión tiene una incuestionable importancia. Son los supervisores los principales responsables de la correcta y eficiente ejecución de las tareas cotidianas de vigilancia y también de proteger las vidas de quienes contratan los servicios de los profesionales bajo supervisión.

Si observamos las diferentes empresas de vigilancia, constataremos que la denominación de "Supervisor" es utilizada de manera muy indistinta. Pero, ¿cuáles son realmente las misiones que, casi obligatoriamente, debe desempeñar un supervisor?.

El supervisor es el vínculo entre la gerencia de la empresa (en el caso de las empresas de vigilancia hablamos de la gerencia operacional), que es el escalón superior, y los equipos que se desempeñan en el nivel de ejecución de las tareas La actividad de supervisión en el campo de la seguridad tiene que ver directamente con la prestación de los servicios, la organización de la vigilancia en los puestos, el establecimiento de normas, entrenamiento, adiestramiento y evaluación del nivel de satisfacción del cliente con los servicios que ha recibido.

Las misiones de un supervisor no se deben confundir con las de un "administrador" o "capataz". El supervisor, obligatoriamente tiene que preocuparse por los resultados del trabajo, y según los conceptos de calidad vigentes, debe esmerarse para que esos resultados sean cada vez mejores. Cuando se trata de la actividad de seguridad, los profesionales involucrados trabajan en medio de presiones, incomprensiones, carencia de recursos, por lo tanto, para que el servicio sea de calidad, el supervisor debe tratar de superar tales obstáculos.

El supervisor no sólo tiene que llevar a cabo un conjunto de misiones (Resultados), sino también preocuparse por la forma en que esas misiones se desempeñan (Procesos). En la medida en que los subordinados logran reconocer el esfuerzo en el trabajo cotidiano, se constata una sensible mejora del patrón de desempeño del equipo de seguridad.

El supervisor de seguridad debe ser capaz de inspirarle a sus subordinados el "amor al arte" por la tarea que realizan, haciéndoles entender que es excepcionalmente importante. Se trata de un serio esfuerzo de carácter "educacional", en el que no sólo se debe enseñar las técnicas del servicio de vigilancia sino surgir en los hombres - que muchas veces no le dan la debida importancia a la actividad que desempeñan- valores y sentimientos de profesionalismo y búsqueda de la perfección en lo que hacen. Sólo de esa manera podrán inspirar en todos los demás funcionarios y en el publico en general, el consecuente respeto por quienes arriesgan su vida al desempeñar una actividad de alto riesgo.



El buen supervisor de seguridad debe:


1. - Conocer perfectamente su actividad, buscando el perfeccionamiento constante y la actualización técnica. Tener en mente que su actividad profesional exige una gama de conocimientos que no se agotan, por lo que deberá estar en constante aprendizaje.

2. - Conocerse a sí mismo. Tener capacidad de autocríticas y tratar de ser mejor como ser humano.

3. - Conocer a sus hombres, preocuparse de su bienestar y tratarlos con dignidad y respeto.

4. - Mantener a sus hombres bien informados, dentro de lo que permite el Principio de compartimentación de la información.

5. - Verificar siempre si las órdenes han sido bien comprendidas, ejecutadas y fiscalizadas.

6- Inspirar el profesionalismo y el espíritu de equipo en sus subordinados.

7. - Tomar decisiones en el momento adecuado y de manera acertada.

8. - Asumir total responsabilidad por sus actos

9. - Inspirar respeto y confianza a los subordinados.

10. - Nunca pedirle a su equipo aquello que esté por encima de su capacidad.

11. - Convertirse en un verdadero ejemplo de aquello que espera de sus subordinados.



Algunas de las actividades que debe desempeñar un buen supervisor de seguridad son:


1. - Ejercer un control rígido sobre aquello que se encuentran bajo su supervisión directa.

2. - Verificar las condiciones generales en los puestos de servicio.

3. - Mantener un registro completo y actualizado de los puestos de servicio bajo supervisión/fiscalización, donde aparezcan datos como: nombre y dirección del puesto, teléfonos del puesto, nombres y teléfonos de los responsables con los que debe comunicarse en caso de emergencia, nombres de los guardias de seguridad, cantidad, tipo y número de serie del armamento de servicio, así como también otro detalle que se considere oportuno.

4. - Verificar, si es posible diariamente, la asistencia y puntualidad de los subordinados.

5. - Inspeccionar los servicios de seguridad prestados.

6. - Establecer, cuando se necesite, los horarios de los efectivos de seguridad.

7. - Desarrollar un análisis de los riesgos de seguridad en los puestos de servicio. Determinar que posición debe ocupar cada vigilante e indicarle como debe actuar en su trabajo cotidiano y en casos de emergencia. Elaborar procedimientos sobre como actuar en casos específicos.

8. - Crear y hacer cumplir las órdenes de servicio.

9. - Entrenar a los vigilantes -si es posible diariamente- en las órdenes de servicio y cualquier procedimiento pertinente a la seguridad del puesto de servicio. Asegurarse de que las conocen y las cumplen.

10. - Mantener en los puestos de servicio archivos actualizados que contengan las órdenes de servicio, manuales técnicos, oficios o comunicados emitidos o recibidos, libros de registro de incidentes, planillas de control, etc., esclareciendo a los subordinados que tales documentos son "información de carácter reservado, cuyo contenido no debe darse a conocer a ninguna persona ajena a la labor de seguridad.

11. - Instruir y motivar a los profesionales bajo su mando para desempeñar la actividad de seguridad. Tratar de compensar las deficiencias técnicas de los individuos a través de conferencias, cursos, etc.

12. - Convocar a reuniones periódicas con el personal bajo su mando para analizar el desempeño de todos los miembros del equipo, analizar sugerencias, formular críticas, revisar procedimientos y establecer nuevas rutinas de trabajo.

13. - Preparar notas de instrucción, organizar murales o cualquier otra forma de poner información técnica al alcance de los subordinados.

14. - Tratar a los subordinados con urbanidad, pero sin transigir en lo que tiene que ver con la disciplina, el cumplimiento de las órdenes de servicio y cualquier falla motivada por indolencia, negligencia o mala fé, que pueda poner en riesgo el buen funcionamiento del servicio o la integridad física de terceros.

15. - Aplicar ejemplarmente las medidas disciplinarias que se necesiten, dejando constancia, de manera detallada, de la causa que motivó la sanción.

16. - Cada vez que se reemplace un vigilante, debe dedicarle el tiempo necesario a orientar al nuevo agente para que rápidamente esté en condiciones de realizar su trabajo.

17. - Desarrollar una política de concientización de la necesidad de cooperar con todo lo que tiene que ver con seguridad, mostrando los beneficios que a todos les trae esa actitud.

18. - Verificar el estado de conservación y el funcionamiento del armamento, municiones y equipos existentes, comunicando de inmediato las irregularidades.

19. - Al registrar cualquier incidente en las operaciones, utilizar el formulario aprobado o, si este no existe, dejar constancia detallada por escrito. Tratar de ser claro, preciso y minucioso en la explicación de los datos importantes. No olvidar que el registro de incidentes y los reportes constituyen documentos legales de alto valor jurídico De ahí la necesidad de redactarlos con corrección.

20. - Tener siempre a la mano copias de las diferentes legislaciones relacionadas con la seguridad privada, en el ámbito nacional, departamental y municipal.


En resumen, la supervisión en seguridad debe caracterizarse por el respeto a la dignidad humana, debe tener en consideración la complejidad de los individuos, sus diferencias y limitaciones en lo físico, intelectual y moral. 

El buen supervisor es aquel cuya autoridad emana de su propio ejemplo, habilidad, conocimiento técnico, capacidad de ejecución, y se basa en el elevado patrón de disciplina y eficiencia que se exige a sí mismo y a sus subordinados.  Es el profesional que consigue que las personas bajo su mando realicen las tareas más difíciles, motivados muchas veces tan sólo por la admiración, la confianza y el ejemplo.

----