viernes, 26 de febrero de 2016

Modalidades de engaño


Autor:  José Luis Spaltro


La delincuencia, historicamente ha utilizado el engaño y la sorpresa para la ejecución de sus acciones.

No hablamos de Inteligencia -en los términos que conocemos- sino de viveza, rapidéz mental y determinado grado de experiencia (adquirida en la misma actividad delictiva o transmitida familiarmente).

En los hechos que venimos analizando y que la prensa ha sobrevalorado como cometidos por profesionales, superbandas o elementos integrantes de grupos comando, los ingredientes antes citados (engaño y sorpresa) resultaron preponderantes para el exito de los mismos.

Si limitamos nuestra visión a lo meramente delictivo, estos hechos son comunes. Si profundizamos el tema, relacionandolo con connotaciones políticas, el eje del tema se desvirtúa.

Concretamente: robos en edificios o en barrios cerrados se producen con una frecuencia semanal y la misma crónica policial lo ignora; si la sumatoria de los ilícitos sirve para "operar " y con ello debilitar a determinado funcionario nos hallamos ante un tema de internas políticas y ajeno a cualquier Análisis Delictivo serio.

Retomando el ítem Engaño:


1. La vestimenta policial (o de similares características) es de fácil adquisición por medios legales.

Camisas de color negro,  tricotas de lana azul o negra; pantalones de corte recto, azul o negro y camperones de nylon color azul.
Estos elementos se venden, sin mayor reparo, en cualquier comercio de vestimenta.

Su costo no es significativo.
2. Los portacredenciales, de cuero negro, con la forma de medalla, fundas para pistola, cintos, porta-esposas, soportes para bastòn tonfa: en armerìas y comercios de equipamiento policial-militar ubicados en proximidades al Departamento de Policìa (en Capital Federal), La Plata y otras localidades del gran Buenos Aires o interior del paìs.

3. Los gorros, azules con bisera, en cualquier lado, aun en puestos callejeros.

El trabajo de montaje no es complicado: letras de plástico color amarillo se adhieren con poxipol (a los gorros y sobre la espalda del camperon).


Así tememos -a primera vista- un hombre/mujer de la PFA.

Sobre su cuello, cuelga un portacredencial negro sostenido con un cordón negro de zapatilla.

En su interior, una cartulina color amarilla con el escudo nacional y la leyenda Credencial.

Pregunta:

"... quién tiene la sangre fría, especialmente en una calle oscura, para pedirle al supuesto policía que le exhiba la credencial ? "

El delincuente está en las mejores condiciones de actuar, con casi todo a su favor.

La sorpresa está siempre presente: hay que esperar el momento para emplearla.

Otra forma de engaño, sin cometer un delito inicial: la entrega de pizza o comidas a domicilio.

Por lo general -en especial adolescentes y jóvenes- facilitan rápido el acceso a los edificios del pibe de la comida, que habitualmente deja el ciclomotor atado con una cadena a un árbol o columna de alumbrado.

Aunque llame a un departamento equivocado, no importa, ....pasá.

El tema de los carteros (o distribuidores de correspondencia) es más difícil y no se está utilizando actualmente.

Otro engaño muy frecuente es ingresar al edificio, hablando por celular y pegado a un vecino o un delivery... Una vez adentro, la situación se evalúa.

Los edificios céntricos, en los cuales hay "privados" -saunas o prostíbulos- el tema seguridad es inexistente, ya que sus "regentes" adornan al portero para que no haga preguntas ni mire a los ojos de los potenciales o reales clientes.

La modalidad, como ya analizamos, se centra en la rapidéz, la tranquilidad, el uso medido de la fuerza y la claridad de las ordenes.

Poco se está advirtiendo, por los menos en los ultimos meses, la presencia de pseudos plomeros, services en general u operarios del cable, agua o luz.

Tampoco la utilización del: ...baje por favor, traigo un telegrama.

Las víctimas que fueron entrevistadas (Encargados de Edificios), coinciden:


Lenguaje muy claro, enérgico, cara descubierta.

Miran a los ojos (intimidación)

Ropas no llamativas.

Herramientas adecuadas y acordes al tipo de trabajo a realizar; barreteado de puertas o ventanas; corte de cerraduras; perforación de cajas, etc.

Bolsos, mochilas, bolsas para juntar lo robado.

Selección de objetos a sustraer.

Pocos insultos: un cuidado respeto hacia mujeres y niños (no se registraron violaciones ni manoseos).


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