jueves, 10 de agosto de 2017

Cartas bomba


Un estudio analiza la evolución de las cartas

bomba desde su invención en España en 1829

Fuente: www.belt.es



Los atentados con carta bomba tienen casi dos siglos de historia y el primero tuvo lugar en el primer tercio del siglo XIX en España, según sostiene Salvador Bofarull en un estudio titulado "Un correo letal: la carta bomba", en el que recoge la evolución de los sistemas empleados, así como los atentados más famosos ocurridos en todo el mundo, las diferentes motivaciones de los remitentes, los sistemas para su detección e incluso las cartas bacteriológicas, con sustancias como el ántrax.

Bofarull asegura que la primera carta bomba fabricada en la historia la recibió el capitán general de Galicia Nazario de Eguía y Sáez de Buruaga en 1829, con el resultado de la amputación de su mano derecha, según este estudio recogido en El Diario Vasco. Hasta 1873 no se clarificó que aquella bomba, fabricada con pólvora y vidrio molido, la preparó un farmacéutico liberal apellidado Chao.

Con esta teoría, Bofarull refuta la atribución de la primera carta bomba al sueco Martin Eckenberg, que se suicidó en 1910 cuando estaba en prisión.


Mientras que señala a los españoles como inventores de estos artefactos, Bofarull apunta a organismos israelíes como quienes han fabricado las cartas bomba más perfeccionadas, al contar con apoyo estatal. 

Estas misivas fueron enviadas a antiguos criminales de guerra nazis que habían sido localizados en Estados Unidos y prácticamente siempre lograban su objetivo.

 Estos atentados se produjeron hasta que el Gobierno norteamericano exigió el cese y "el propio Ben Gurion ordenó que cesaran los envíos".

Incluso una organización sionista llegó a enviar una carta bomba en 1947 al presidente de EE UU, Harry Truman, al considerar que su apoyo a la creación del Estado de Israel era insuficiente.

También los palestinos han marcado un hito en la historia de estas letales misivas, al enviar en los años setenta la mayor oleada de cartas bomba nunca registrada, dirigidas contra cargos israelíes en Europa.

Un caso peculiar por su motivación es el del ecoterrorista Theodore J. Kaczynski, que fue denunciado por su hermano y detenido en 1996 tras ser identificado como Unabomber, el autor de varios envíos de cartas bomba a empresas que contaminaban el medio ambiente.

 Este profesor universitario fue condenado a cuatro cadenas perpetuas y otros treinta años de cárcel por causar la muerte a tres personas y heridas a otras veintitrés.



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