miércoles, 16 de marzo de 2016

SEGURIDAD HOTELERA



Manual de seguridad para viajeros de negocios 

(El hotel)


Autor: Jesùs Belenguer
Fuente: S.L. Security
Tomado de: www.linkedin.com


Este es el primero de una serie de diez artículos en los que les invito a reflexionar sobre la seguridad en los desplazamientos por motivos profesionales. Para ello, se propondrán recomendaciones generales.
 Le corresponde al lector compararlas con su experiencia y opinión, para así decidir si merecen ser incorporadas a su acervo de seguridad. Se evita, intencionadamente, el lenguaje formal de la prevención de riesgos laborales, pero todo técnico avezado, podrá trasladar fácilmente el contenido de los artículos a su plan de prevención.
Antes de entrar en materia, un breve inciso técnico: Definimos la autoprotección como el conjunto de las medidas de seguridad que adopta una persona. Las primeras de nuestra vida las tomamos de nuestros progenitores y, todas ellas, forman parte de la cultura de una sociedad y son adoptadas por la mayoría de sus individuos. En la foto de la izquierda se recoge una medida, que probablemente es común a todos los lectores y que estuvo, o está,  en su “mochila” de autoprotección.
Conforme la sociedad cambia, o el individuo se desarrolla, la autoprotección también lo hace: unas medidas dejan de ser necesarias y otras nuevas se incorporan. Se trata de un proceso lento, adaptado a los cambios sociales. El problema surge cuando el individuo sufre un cambio brusco de ambiente. En ese momento, puede ocurrir que sus medidas de autoprotección no sean adecuadas y se vea expuesto a situaciones peligrosas, para las que no tiene respuesta. Es lo que ocurre cuando viajamos, por lo que en esos casos debemos preparar una “mochila” especial, adaptada al destino.
Por último, indicar que para la confección de las presentes recomendaciones se considera el riesgo de atentado terrorista como “posible”, y recordar que la conducta que se propone es general, lo que supone que en algunas circunstancias puede ser contraproducente. En caso de duda, o si se prevé exposición a ambientes muy agresivos, se recomienda encarecidamente la consulta a un profesional de la seguridad.

Comportamiento seguro en el hotel


Una decisión habitual cuando se viaja por primera vez a un país de una cultura extraña es alojarse en hoteles de cinco estrellas superior. Se trata de una buena decisión. Estas cadenas permiten mantener el contacto con la idiosincrasia local, a la vez que ofrecen un ambiente normalizado y, sobre todo, muy seguro. Todos disponen de un excelente equipo de seguridad, al que el huésped puede acudir en demanda de consejo o, incluso, solicitar ayuda para la contratación legal de servicios especializados. Una vez conozcamos la zona, podemos optar por otras alternativas.
 Si el hotel está ubicado en un rascacielos, debe solicitar al personal que le acompañe que le muestre la ficha de seguridad (similar a la de un avión), le indique la ubicación de la máscara de gas y compruebe que el precinto está intacto. Si comparte la habitación o prevé hacerlo, solicite una máscara adicional. No dude en preguntar sus dudas y, si no queda satisfecho, diríjase al personal de recepción que, si es necesario, le pondrá en contacto con el equipo de seguridad. Tenga en cuenta que el comportamiento que debe adoptar en una situación de emergencia en un rascacielos puede ser muy diferente al que usted está acostumbrado.
 En general, una estancia segura comienza antes de partir. La ubicación ideal de la habitación debe estar entre la planta tercera y la séptima. De este modo, estaremos en el radio de acción de los medios de rescate locales y prudentemente alejados de la calle, de donde pueden surgir otras amenazas como asaltos, ondas expansivas, etcétera. Cuando se viaje en grupo, salvo que esté contraindicado por otros motivos, todo el grupo se alojará en la misma planta. Estas medidas, junto con la consulta de los recursos de seguridad, deben ser pactadas antes de la contratación del alojamiento. En la mayoría de los casos, se resuelve con una llamada de teléfono o un correo electrónico.
 La recepción de un hotel acostumbra a ser un lugar concurrido. No permita que el recepcionista diga en voz alta su número de habitación y, si debe dejar su llave en recepción al salir, entréguela en mano. Cuando la solicite, al regresar, muestre su pasaporte, no la pida de viva voz. Del mismo modo, evítelo en el desayuno o al usar otros servicios del hotel. Puede solicitar el cambio de habitación por este motivo, si considera que se ha puesto en riesgo su seguridad. 
 Si viaja solo, pida que le acompañen a la habitación la primera vez, compruebe que se encuentra vacía y que no es posible el acceso desde otra contigua o desde el exterior. Aproveche para interesarse por las normas de seguridad, especialmente por el protocolo en caso de incendio y, durante su estancia, si se siente inseguro, no dude en pedir que le acompañen hasta su habitación. 
 En el caso de las viajeras, la medida anterior es especialmente importante. Además, se debe tener en cuenta que, en algunas culturas, dicha solicitud realizada a un compañero de trabajo o conocido puede ser interpretada como una invitación a mantener relaciones sexuales. Lo más prudente es solicitar al responsable de recepción que un miembro del equipo de seguridad del hotel le acompañe a la habitación. Las alarmas personales son dispositivos imprescindibles en estas situaciones. Puede consultar su uso en este artículo de nuestra web de dispositivos.
Todavía hay hoteles donde se usan tarjetas colgadas de la puerta para informar al personal de que pueden arreglar la habitación, o que el huésped se encuentra en su interior, ocupado, o durmiendo. No se deben usar jamás, son especialmente peligrosas en caso de asalto terrorista.
Si desea que limpien la habitación, llame por teléfono a la gobernanta o a la recepción, indicando que la abandona. Mientras esté en su interior, además de cerrar con pestillo la puerta, puede usar un sistema portátil de bloqueo de la misma, otro elemento indispensable en el bagaje de un viajero. Hay modelos que incorporan una potente alarma, lo que incrementa notablemente su seguridad. Puede consultar su uso en el siguiente artículo de nuestra web de dispositivos.
La custodia de efectos de valor y dinero se tratará en otro artículo de esta colección. Respecto al resto de efectos, es recomendable ser ordenado y disciplinado. En caso de olvidar alguno, es posible que reciba una llamada, pero si no es así, llame usted. Es habitual el envío de enseres o puede recogerlos en su próxima estancia.
Una regla instintiva de seguridad es no estar en los lugares donde se puede prever su presencia. Por ejemplo, si se encuentra en un hotel urbano a pie de playa, no se coloque en la zona inmediata al hotel. Doscientos metros a derecha o izquierda le sumirán en el anonimato. Esta misma regla se puede aplicar a la costumbre de “estirar las piernas” después del trabajo. En la mayoría de los casos, no es recomendable salir a pie del hotel. En algunos, lo indicado será hacer uso de las instalaciones deportivas internas, disminuyendo en lo posible la exposición al exterior y, en otros, puede estar recomendado trasladarse en coche a una zona de paseo segura y pactar una hora de recogida. Como norma general, se saldrá y llegará al hotel siempre en coche. Se debe sospechar de todo taxista que plantea la posibilidad de bajar al pasajero en las inmediaciones del hotel, sin penetrar el perímetro de seguridad.
Ciertas culturas castigan duramente el consumo de drogas o alcohol. 
El hecho de que algunos hoteles de las grandes cadenas dispongan de bares donde se sirve alcohol, no significa que en el interior del hotel no rijan las mismas normas. Manifestar signos de embriaguez o, simplemente, sufrir un pequeño incidente dentro del hotel después de haber consumido alcohol, puede tener graves consecuencias. Lo mismo se puede aplicar a otras expresiones culturales. Como norma general, es más seguro respetar las costumbres locales durante toda la estancia y aprovechar para embebernos de ellas, lo que seguramente mejorará nuestro conocimiento y capacidad de negociación. 
Un aspecto muy importante se refiere a la documentación confidencial. Existe la tendencia a considerar que la información está segura en el hotel, lo cual ya no es cierto. Como norma, no lleve de viaje más información que la imprescindible, llévela siempre consigo y siempre protegida bajo un sistema robusto de encriptación. Se tratará más extensamente este tema en otro artículo de esta colección. Baste decir que una de las características que define el siglo XXI es el uso masivo de la Inteligencia en el mundo de los negocios, con todas las consecuencias que ello conlleva.
Cabe la posibilidad de que le resulte necesario viajar a zonas remotas, donde las condiciones higiénicas no son las adecuadas. En estos casos, el mejor acompañante de un viajero son los “sacos sábana”, a poder ser con tratamiento bactericida y contra insectos. Normalmente incluyen una funda para la almohada y permiten dormir en cualquier cama, garantizando nuestra salud y tranquilidad. Puede consultar su uso en el siguiente artículo de nuestra web de dispositivos.
Pero las condiciones higiénicas no deben centrar nuestro interés. En estos casos, comprobar cierres, vías de escape, o incluso usar nuestro propio detector de incendios, es fundamental. Si debemos usar este tipo de alojamientos, el entrenamiento previo con un profesional es imprescindible y siempre debemos tener presente que, en algunos casos, el riesgo es inadmisible.
Por último, indicar que para un viajero el hotel puede considerarse un oasis de seguridad, especialmente los de las grandes cadenas, donde encontrará buen inglés, información, comunicaciones, alimentos y agua saludable, seguridad y, si hay suerte, un restaurante italiano donde reponer fuerzas después de unas semanas de “delicias” locales. En términos de seguridad, es lo que se denomina un “recurso”. Es recomendable tener localizados los grandes, especialmente los ubicados en lugares estratégicos: cerca de aeropuertos, centros financieros o nuestras zonas de paso. Un ejemplo ilustrará mejor el concepto: En algunas ciudades, como la mayor parte de las africanas, los aeropuertos son lugares peligrosos, especialmente los que tienen poco tráfico. Si su vuelo le sorprende con un retraso indefinido, es posible que el mejor lugar para esperar sea un hotel cercano. No es necesario que se aloje; puede pedir que le guarden el equipaje y disfrutar de los servicios de bar, restaurante o business center. Si informa a la recepción de su situación, seguro que le avisarán cuando se normalice el vuelo y, si se alarga mucho, siempre puede alojarse y vivir, un día más, “al otro lado”.
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CONSULTORIA DE SEGURIDAD



Autor: David Lee
Fuente: Manual de Seguridad  


  El requerir los servicios de un asesor en seguridad suele ser, en muchos casos y en particular para las personas que no tienen una cultura de prevención, una simple reacción ante la ocurrencia de un daño cuando, al haberse materializado una amenaza, no se quiere que se repita más en el futuro. En otras palabras, se busca tapar el pozo, después de ahogado un niño.

Infinidad de organizaciones son, de igual forma, reactivas y en muchas otras existe algún nivel de resistencia a buscar asesoría debido principalmente a que, el hacerlo, sugiere que su personal de seguridad es incompetente, a que el informe negativo de un externo afecte su programa interno, o bien, porque la información proporcionada al consultor pueda comprometer la seguridad de la empresa.

En la realidad, las prácticas modernas de administración muestran que se obtienen muchos beneficios al recurrir a consultores externos, ya que la incorporación de un talento, de manera temporal, para resolver problemas y desafíos, generalmente repercute en la reducción de costos, mejorando las condiciones del departamento de seguridad, sus empleados y de ahí a toda la organización.

Existen básicamente 3 tipos de consultores en seguridad:

  1. Consultores en administración de seguridad.
    Representa al grupo más grande de consultores, quienes se especializan en una determinada disciplina, de acuerdo a sus conocimientos y experticia, asesorando a sus clientes en la implementación y administración de estrategias de protección, en los distintos sectores socioeconómicos: salud, manufactura, transporte, banca y finanzas, así como el comercio al pormenor.
  2. Consultores en seguridad técnica.
    Conformado por personas que poseen conocimientos técnicos especiales de seguridad física y sistemas, tecnologías de información y comunicación, seguridad personal, asuntos y regulaciones legales, ingeniería, responsabilidad y debida diligencia, así como personal de seguridad y gestión de la fuerza de protección.
  3. Consultores en seguridad forense.
    Quienes se ocupan de la investigación, identificación y recolección de evidencias, identificación de vulnerabilidades, estrategias de mitigación y litigios.
Unos y otros, pueden realizar tareas en las distintas áreas de consultoría de acuerdo a un determinado caso y a las necesidades del cliente. Es altamente recomendable, no obstante y en cualquier instancia, el conformar un comité asesor de seguridad, cuyos miembros posean la información, nivel de injerencia y conocimiento de la instancia en cuestión, a fin de determinar las acciones del personal de seguridad interno y considerar los apoyos por parte de consultores de seguridad externos.

Un consultor profesional parte del análisis de problemas y de la evaluación de las medidas de seguridad existentes, para proceder a sugerir una combinación efectiva de soluciones de seguridad, pudiendo incluir en ellas una mezcla de diseño arquitectónico, métodos de prevención, establecimiento o actualización de políticas y procedimientos, implementación o aumento de personal, capacitación y adiestramiento, así como equipamiento en seguridad.

Recuerda que es más fácil prevenir que remediar, no seas uno más de los que tapan el pozo después de ahogado un niño, deja de ser reactivo y proponte ser preventivo.

Para hacerlo de la mejor forma, no consideres únicamente las recomendaciones de vendedores de equipos de seguridad, ya que éstos te llevarán a adquirir todo lo que tengan en su portafolios y no necesariamente lo que requieras para tu protección.

Te sugerimos acercarte a un consultor profesional y certificado, ya que además de hacer un uso racional de tu presupuesto, elevarás los niveles de seguridad, en tu lugar, de la mejor forma.

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