sábado, 16 de octubre de 2010

Es más barato prevenir que arriesgar




Autor: Oscar Maiola
Auditor en Riesgos Empresarios
Fuente: www.clarin.com
El rescate de los mineros conmovió a Chile y al mundo, pero hubo un momento que pasó desapercibido para algunos. El último en ascender, Luis Urzúa, el líder del grupo, le expresó claramente al presidente Sebastián Piñera su preocupación por evitar que este hecho se repita.

Habló no sólo en nombre de su grupo, sino también en el de miles de mineros en todo el mundo que corren riesgos no controlados. Lo que Urzúa dijo con tanta sensatez se conoce en el ámbito de Auditoría como Gestión y Prevención de Riesgos.
En efecto, lo sucedido en la mina San José constituye una gestión invertida de riesgos . Se comenzó por la “remediación” (rescate) en vez de enfatizar la “prevención” (evitar el incidente). Tampoco se lo mitigó adecuadamente con una gestión eficiente del riesgo (ausencia de controles, plan de contingencia, salidas de emergencia). Desde el punto de vista de gestión empresarial, muchas “lecciones a ser aprendidas” deberán estudiarse en detalle.
El impacto en términos de reputación, sustentabilidad y rentabilidad está a la vista: un costo de rescate de casi US$ 22 millones; deterioro de la imagen de la mina San José, que será recordada ante esta repercusión mundial no precisamente por la seguridad e integridad con la que sus dueños trabajaban; litigios/demandas judiciales, etc.
Si bien es la empresa la que debe gestionar los riesgos, no escapa al Estado su responsabilidad en fiscalizar y controlar.

Y está claro que sus controles fueron débiles.

Para mitigar todos estos efectos, existe una herramienta sencilla y de fácil utilización, denominada Matriz de Riesgos, que sirve para ayudar a los empresarios a conocer de antemano los riesgos a los que estarán expuestos. 
En ella se listan los eventos y se miden el impacto (cuantificación de los riesgos) y la probabilidad de ocurrencia (como ponderador del impacto).

Aquellos riesgos que cuenten con alta probabilidad de ocurrencia y alto impacto –rentabilidad, imagen, sustentabilidad– deberán ser tratados con la ley vigente, el código de ética de la empresa y la tolerancia al riesgo de los propietarios/gerentes. Eso permitiría que los terceros no involucrados en la gestión estratégica –Estado, clientes, proveedores, empleados– conozcan de antemano el grado de exposición a riesgos de la empresa, y si se justifica invertir o prestar servicios en ella.

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