lunes, 29 de julio de 2013

Videovigilancia



La videovigilancia global se habrá duplicado para el año 2017

Autora:  Sofia Benavides
Fuente:  Infobae


Día a día, la vigilancia se perfecciona y se amplía gracias a la tecnología. Para el año 2017 el mercado global de cámaras de seguridad aplicadas a la vigilancia urbana se duplicará en relación con el año 2012.

Así lo aseguró la empresa global de electrónica y medios IHS (ex IMS Research), que afirmó a través de un comunicado que esperan que para dentro de cuatro años la infraestructura inalámbrica y el equipamiento de video globales sumen más de 3200 millones de dólares.

De acuerdo a varios análisis, en un futuro no muy lejano será difícil huir de los dispositivos de vigilancia. Desde el momento en que uno salga de su casa podrá ser captado por las cámaras colocadas en las calles, luego por las del metro. Más tarde será registrado por las cámaras de la empresa donde trabaje, pero también en el centro comercial; en las mezquitas, iglesias y monasterios; en los bares, en los aeropuertos y en el hall del edificio donde viva. La privacidad quedaría reservada así exclusivamente para dentro del hogar, aunque de acuerdo a algunas opiniones los aviones no tripulados podrían amenazarla también allí.  

El objetivo de la instalación y desarrollo de la videovigilancia es casi exclusivamente el control y la reducción del delito por parte de la policía. Además de la delincuencia común, las manifestaciones populares que se desarrollaron durante el último tiempo -en Turquía, Brasil y Egipto, por ejemplo- y la amenaza latente del terrorismo, abonan la necesidad de sistemas de vigilancia cada vez más avanzados en los principales centros urbanos.

“Los sistemas de videovigilancia urbano deben proveer imágenes claras y utilizables para que los departamentos de policía puedan conducir investigaciones de forma efectiva cuando sea necesario”, afirmó Paul Bremner, analista de mercado para Ciudades Seguras y Servicios de Seguridad de IHS.

La vigilancia a través de video tuvo un crecimiento explosivo en China, donde siete millones de cámaras de seguridad ya controlan las calles, y se espera que haya otras 15 millones de unidades para 2014. Organizaciones de derechos humanos denuncian que el principal objetivo es el control social con fines políticos.

El investigador de Human Rights Watch en Hong Kong, Nicholas Bequelin, declaró que "en China no existe salvaguarda de la intimidad, lo que le da al Estado completa libertad para movilizar su estructura de vigilancia con fines políticos."

Brenmer explica que las necesidades de los sistemas de vigilancia también se han transformado en el último tiempo. De las cámaras fijas colocadas en puntos estratégicos de centros comerciales, parques, etc., se pasa a la idea de la “vigilancia móvil”.

“Nuevas tecnologías pueden enviar videos a los agentes en las calles, directamente a teléfonos inteligentes o a notebooks en sus patrulleros. Esta tecnología móvil actuará como un multiplicador de fuerzas para los agentes en el campo”, afirmó.

En este sentido, los drones -o aviones no tripulados- aterrizaron en medio del debate sobre los dispositivos de vigilancia sumando nuevas dudas y temores en la población. Desarrollados con fines militares, en varios países ya se admiten usos “civiles” para la vigilancia por parte de empresas o del mismo Estado. Las últimas manifestaciones en Brasil, por ejemplo, han sido captadas por estos sofisticados dispositivos. 

De acuerdo a un artículo publicado en el diario El País, los drones serían capaces de desempeñar con gran eficacia tareas de detección temprana de incendios, vigilancia y cuidado de terrenos agrícolas, inspección de la seguridad de infraestructuras, control de fronteras, misiones científicas, transporte de mercancías o cobertura de asuntos de interés mediático.

Sin embargo, el uso que más preocupación genera es el de la vigilancia. Estos aparatos pueden ser muy pequeños, generar imágenes de alta calidad y conseguirse a bajo costo -la compañía mexicana 3D Robotics los vende al público desde US$ 600-.

La entrega voluntaria de datos personales a través de las redes sociales, es la coronación de las “sociedades de información”. A los dispositivos de vigilancia que se multiplican y se desarrollan se le suman entonces los millones y millones de usuarios que a través de la web ofrecen en bandeja los últimos restos de su intimidad.


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